Nuestra bodega

Conoce nuestra bodega

Bodegas y Viñedos Ramírez de Inoriza fue fundada en 2001, heredando una rica tradición vinícola riojana que ha sido transmitida a lo largo de varias generaciones dentro de nuestra familia. Nuestro patrimonio familiar abarca aproximadamente 32 hectáreas de viñedos propios en La Rioja, donde cultivamos las variedades autóctonas de Viura y Tempranillo, que representan la esencia de nuestra tierra y su historia vinícola.

En nuestra empresa nos esforzamos por fusionar la tradición de la viticultura con la innovación tecnológica más avanzada para lograr que nuestros clientes disfruten de cada punto del aroma y el sabor. Nuestros procesos de elaboración reflejan el trabajo, la pasión y el compromiso que ponemos en cada uno de ellos. Nuestro objetivo es ofrecer vinos de alta calidad nativos de La Rioja que no solo cumplan, sino que superen las expectativas de nuestros consumidores. Nos apasiona crear vinos que reflejen la riqueza de nuestra tierra y el saber hacer de generaciones de viticultores, fusionando tradición e innovación en cada botella.

Nos adaptamos de forma constante a los gustos y exigencias de nuestros clientes, para ello, nos comprometemos a seguir un proceso de elaboración meticuloso y cuidadosamente controlado, donde cada detalle cuenta, desde el cultivo de nuestros viñedos hasta la crianza de los vinos.

Creemos que el vino no es solo una bebida, sino una forma de vida.

Elaboración

En nuestra bodega, la elaboración del vino se lleva a cabo con una capacidad de hasta 250.000 kg de uvas, distribuidos en 10 depósitos de acero inoxidable de última generación. Esta infraestructura nos permite manejar grandes volúmenes de producción sin comprometer la calidad y garantizando un vino excepcional en cada botella.

Contamos con una capacidad de almacenamiento de aproximadamente 380.000 litros en depósitos, lo que nos da la flexibilidad para gestionar las distintas fases de la vinificación mientras mantenemos los más altos estándares de calidad. La tecnología avanzada de nuestros depósitos juega un papel crucial en este proceso, permitiéndonos mantener el control total sobre cada etapa de la elaboración.

Uno de los aspectos más importantes es el control preciso de la fermentación. Para ello, nuestros depósitos están equipados con camisas de refrigeración, que nos permiten ajustar la temperatura con exactitud, favoreciendo una fermentación óptima que preserva las características.

Dichos depósitos de elaboración son de última generación, con camisas de refrigeración para control de fermentación y tubos de remontado diario, los cuales han sido actualizados por un innovador método de homogeneización llamado “Osiris”.
Este equipo portátil permite eleborar vinos con una calidad superior.
Añade valor a su proceso de fermentación y a la extracción de los componentes de la uva, aumentando el color, el índice total de polifenoles y la extracción del IPT.
Mejorando el potencial REDOX (la oxidación del sombrero.)

Otro detalle clave en nuestra elaboración es el sistema de llenado por la parte inferior, un método que asegura un trato delicado del racimo de uva, minimizando el riesgo de oxidación. Este proceso optimiza la integridad del fruto, permitiendo que cada uva aporte todo su potencial al vino, lo que resulta en un producto final de la más alta calidad, representando la esencia de Ramirez de Inoriza en cada botella.

Crianza

Contamos con un extenso parque de barricas, donde la mayoría son de roble francés de las prestigiosas marcas Redoux y Americanas, Velilla y Murua.

La crianza del vino es fundamental y marca la diferencia de un buen sabor, es el proceso que transforma y enriquece las características de cada una de nuestras botellas. Tras el paso inicial por las barricas, nuestros vinos continúan su evolución en botella, donde reposan pacientemente, afinando sus perfiles y desarrollando una complejidad única. Este periodo de reposo permite que los sabores se integren y se moldeen, aportando suavidad y armonía a los vinos.

Durante la crianza en botella, el vino experimenta una lenta maduración que lo hace más complejo, permitiendo que sus aromas, sabores y texturas se desarrollen y profundicen con el tiempo. En este proceso, se preserva la personalidad inconfundible de cada vino, destacando las particularidades de las variedades de uva y la tierra que las ha visto nacer. Así, cada botella refleja la identidad de nuestra bodega y la historia de la tierra de La Rioja.

Es en este delicado equilibrio entre tiempo, espacio y cuidado es donde nuestro vino alcanza su máxima expresión, logrando una riqueza y profundidad que solo la crianza de Ramirez de Inoriza puede ofrecer.